lunes, 20 de septiembre de 2010

¿Para qué venir al mundo?


Había una vez un agricultor escéptico. Cierta noche fría de invierno el hombre oyó un golpeteo irregular contra la puerta. Fue hacia una ventana y vio cómo varios pequeños gorriones ateridos, atraídos por el evidente calor que había dentro de la casa, se golpeaban contra el vidrio de la puerta.

Conmovido, el agricultor se abrigó bien y cruzó el patio cubierto de nieve para abrir la puerta del granero para que los pobres pájaros pudieran entrar. Prendió las luces y echó algo de heno en un rincón. Pero los gorriones, que se habían dispersado en todas direcciones cuando él salió de la casa, se ocultaban en la oscuridad, temerosos.

El hombre intentó varias cosas para hacerlos entrar en el granero. Hizo un caminito de migas de pan para guiarlos. Dio vuelta por detrás de donde estaban los pájaros para ver si los podía espantar en dirección al granero. Nada dio el resultado esperado. Él, una enorme criatura extraña, los aterrorizaba; los pájaros no podían entender que él estaba tratando de ayudarles.

El hombre de campo se retiró a su casa y observó a los condenados gorriones a través de su ventana. Mientras observaba, un pensamiento le llegó de repente: ¡Si tan sólo pudiera convertirme en un pájaro, ser uno de ellos por un momento! Entonces no los asustaría. Les podría mostrar el rumbo hacia el calor y la seguridad.

Y casi al mismo tiempo, otro pensamiento le golpeó con fuerza. Entendió la razón por la que Jesús había nacido.

domingo, 19 de septiembre de 2010

Sólo no lo olvides


"Pero los once discípulos se fueron a Galilea, al monte donde Jesús les había ordenado. Y cuando le vieron, le adoraron; pero algunos dudaban. Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas estas cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén"


Mateo 28.16-20

domingo, 5 de septiembre de 2010

El Problema de la Pereza


Convertirse en un holgazán requiere poco esfuerzo

"Un poco de sueño, cabeceando otro poco, poniendo mano sobre mano otro poco para dormir, así vendrá como caminante tu necesidad y tu pobreza como hombre armado" Prov. 24.32-33

El Holgazán es una persona muy perezosa. Su único ejercicio es darse vuelta en la cama. Proverbios dice que está sujeto a su cama como la puerta a la pared. Cualquier excusa extravagante - "anda un león por las calles"- le mantendrá alejado de su trabajo. Proverbios se ríe un poco del holgazán, pero lo usa para enseñar valiosas lecciones. Uno puede llegar a ser como él muy fácilmente; no se requiere gran esfuerzo: "Un poco de sueño, cabeceando otro poco, poniendo mano sobre mano para dormir". Postergar las cosas, inventar excusas, dormirse: ¿quién no es alguna vez víctima de estas tendencias?

¿Cuál es el resultado de una vida tal? Pobreza, frustración, relaciones quebrantadas. El holgazán igualmente apetece los lujos que el trabajo arduo obtienen, pero nunca los logra. "El deseo del perezoso le mata" (Prov.21.25).

Preguntas vitales: ¿Qué atributos del holgazán reconoces en ti mismo? ¿Le parecen serios?


Tomado de La Biblia Devocional de Estudio, 1991